El corazón del poeta
A veces,
cuando el poeta escribe,
libera sapos y culebras
sin querer.
A veces,
destila su sangre,
desprendiendo la esencia del mal
que habita en su interior.
A veces,
esparce su semilla
en hojas de papel,
y a veces,
las musas lo abandonan
y pierde la confianza en él.
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